25.9.11

Sabíamos no exigirnos mucho: Hola!, ¿Qué hacés?, convidame un pucho, que me tenés abandonada. Vos con tu mochila a cuestas, yo con la excusa perfecta para charlar de pavadas. Nos hizo un guiño San Telmo, un poco de humo en el medio y enloquecieron las miradas. Quiso el destino que esa noche hiciera frío, y que el ruido de los coches, me hiciera hablarte al oído. Y si el diablo se contenta con que dudes un instante... vos y yo, nuestras miserias y esta noche por delante, amor, ¿quién sabe?. Un umbral perdido y aquel bar medio vacío como único testigo, bridamos por el olvido y el espíritu del vino se fue haciendo nuestro amigo. Con el corazón en llanta, nada mejor que tu lengua abrigando mi garganta. Y conga, conga, conga!, y que siga la milonga, que el mozo traiga otra ronda y que pague Dios. Quiso el destino que ya no hiciera mas frío, y sin coches, y sin ruido, sigo hablándote al oído. Y si el diablo se contenta con que dudes un instante...vos y yo, nuestras miserias y esta noche por delante amor: ¿quién sabe?...