1.9.11

Extrañarte se convirtió en costumbre, y no hay nada peor que acostumbrarse. No quiero necesitarte, no quiero ni sentirte. Sé que nunca serás mío. Pero la imaginación, o quizás el mismo corazón no me lo permiten. No me puedo permitir olvidarte, no puedo evitar quererte cada día un poco más. Y te veo. Y estás aún más distante de lo que solíamos estar. Sí tan solo pudieras imaginarte el dolor que me causa tu ausencia, presente en cada uno de mis días.