A veces podemos pasarnos días sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.
18.7.11
Jamás me lo pregunté, pero quizás todo o quizás nada. Obviamente hay muchas cosas que me encantaría cambiar, repetir, o directamente evitarlas pero no puedo. Nadie puede... Pero como nos encantaría tener ese poder o el control remoto adecuado para rebobinar, detener o acelerar el tiempo, en nuestras propias vidas. Pero entonces no tendría sentido todo o que hicimos. Dicen que lo hecho, hechoe está, y si no hacemos unas cosas jamás podríamos llegar a hacer otras, conocer más de uno mismo y de los demás, seguir sorprendiéndonos aunque ya creamos haberlo conocído todo. No importa cuantas veces hallamos reído en la vida si queremos borrar de nuestras memorias lo mucho que nos costó alcanzar dicha felicidad.. Y la vida es lo que vamos haciendo día a día, nos guste o no, después de todo, no todo es tan malo más no todo nos es conveniente. Si nos arrepentimos de algo que hicimos, nos estamos arrepintiendo de haber crecido como persona al reconocer que nos salió mal. Si queremos olvidar que lloramos por amor, entonces reconocemos que nunca sentimos el amor verdadero ni mucho menos una gran pasión por alguien, quizás entonces sea nuestra culpa habernos cruzado en su camino sin pasar desapercibidos. Jamás podríamos tener una vida perfecta aunque existiera ese control milagroso, si son las alegrías como las tristezas lo que nos hace valorar más la oportunidad de ser los protagonistas de nuestras vidas. Y son los errores, los fracasos, las despedidas, las perdidas, las que ayudan a cambiar la historia. O por lo menos la nuestra.