Personalmente yo, prácticamente vivo en una guerra interna entre opuestos. Una guerra entre dos personalidades totalmente diferentes que me pertenecen, y muchas de pronto son más que dos y muchas veces por esa incertidumbre, por esa contradicción, terminé sin ninguna respuesta. Pero a la vez, creo que esos opuestos son los que nos pueden generar el equilibrio que tanto necesitamos… Si nada se nos pusiera en nuestro camino, sería todo mucho más fácil y ¿quién de nosotros quiere una vida totalmente FÁCIL? Al fin y al cabo, esos mismos opuestos nos complementan, nos definen, nos forman. Y se nos presentan miles de cuestiones, miles de preguntas y a cada una de ellas, le corresponden cientos de posibles respuestas, dentro de nosotros. Elegimos un camino todo el tiempo, es una decisión constante, tiene sus consecuencias como tiene sus recompensas. Y así podemos formar esa balanza, ese equilibrio que tanto buscamos, el estar de acuerdo con el camino que elegimos a cada instante. ..
Algo inconcluso, sí. Pero para ser más exactos: una parte de mi entiende que los opuestos son complementarios, nos forman, nos definen a cada paso que damos. Otra parte de mi, sin embargo no puede evitar pensar en el ¿Qué hubiese pasado si? y creo que son preguntas que se van respondiendo solas. “Hoy estoy acá, porque yo lo elegi y porque es lo que quiero”, es el trato.